¿Alguna vez se come cuando no tiene hambre? ¿Es una pregunta tonta? La mayoría de nosotros son probablemente culpable de comer por razones distintas de hambre; esto a menudo se llama el comer emocionalmente.

Deja de comer por emociones ayudara a mejorar tu salud

Comer por emociones es una forma común de sabotear nuestros planes de perder peso, pero no tiene por qué ser así. Al asimilar tus malos hábitos alimenticios, puede ser el momento de empezar a cambiar los malos hábitos y poder controlar tu dieta.

Comer por comer no es bueno

Comer sólo cuando tienes hambre tiene sentido en un nivel intelectual, pero, emocionalmente, a menudo los alimentos representan algo más que una mezcla de ingredientes.

La comida en muchas ocasiones es una recompensa que nos damos por hacer algo bueno, o un consuelo cuando nos sentimos mal o también algo que hacer cuando estamos aburridos. En muchas ocasiones cuando nos estresamos, lo último que nos apetece es una ensalada sana para comer. El cuerpo te pide algo graso y reconfortante como un trozo de pizza.

Las personas a menudo recurren a la comida cuando se sienten:
Estrés
Depresión
Enfado
Aburrimiento
Soledad
Frustración
En los momentos que nos sentimos mal emocionalmente lo que mas nos apetece son nuestros alimentos. Cambiar este mal habito no es fácil pero si quieres puedes aprender a controlar las calorías para perder peso o mejorar tu salud, vale la pena el esfuerzo y el tiempo para averiguar qué hay detrás de tus  malos hábitos alimenticios emocionales.

¿Por qué comes de así de mal?

El primer paso para controlar tu alimentación es necesario averiguar lo que desencadena el comer alimentos de forma compulsiva.

En muchas ocasiones ni siquiera somos conscientes de que lo estamos haciendo. Los siguientes pasos pueden ayudar a mejorar las pautas de tu alimentación para darte una visión más clara sobre tus hábitos alimenticios:

Diario de comida
Cómo mantener un diario de comida
Identifica los activadores emocionales
Alternativas sanas para comer

Una vez que comienzas a entender los hábitos alimenticios, se puede trabajar para hacer frente a tus sentimientos, y no llegar a los alimentos.

Algunas ideas para caer en la trampa:

Ejercicio fisico:
Ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad, genera energía y te hace sentir bien consigo mismo.

Beber agua:
Muchas veces confundimos la sed con el hambre y llenarse de agua puede ayudar a evitar calorías adicionales.

Dar un paseo:
Caminar es bueno para el cuerpo, pero siempre es una buena manera de practicar la meditación en movimiento y trabajar a través de problemas.

Escuchar tu canción favorita:
La música puede ser una gran manera de calmar a sí mismo cuando está estresado, aburrido o cansado.

Tomar una infusión:
Una forma para frenar los antojos inesperados es beber té de hierbas. Llena y añadir un poco de miel a menudo satisface.